martes, 28 de marzo de 2017

Comer grasa no engorda: los nutricionistas reconocen haber estado equivocados 30 años


La lucha contra la grasa y el colesterol dio lugar a un aumento de consumo de la comida chatarra y los hidratos de carbono, afirman los investigadores. 

 Después de que durante 30 años los dietistas nos aconsejaran las dietas bajas en grasa y reducir el colesterol, ahora los científicos han descubierto que esta manera de luchar contra obesidad puede tener "consecuencias desastrosas para la salud". 

"Comer grasa no engorda", cita el periódico 'The Telegraph' un nuevo informe del Foro Nacional de Obesidad del Reino Unido (NOF) y la Colaboración de Salud Pública británica (Public Health Collaboration) que exige una importante revisión de las directrices dietéticas oficiales. Coma grasa para adelgazar. 

No le tema a la grasa, la grasa es su amiga 

El informe explica que fomentar la comida baja en grasas y en colesterol, que ha sido la política oficial en el Reino Unido desde 1983, se basó en una "ciencia con puntos débiles" y dio lugar a un aumento del consumo de la comida chatarra y los hidratos de carbono. Los autores piden un retorno a alimentos como la carne, el pescado y los productos lácteos, así como a alimentos saludables con un alto contenido de grasa, como la palta. 

 Revelan cómo la comida rápida afecta a los riñones 

El estudio, que ha tenido una respuesta negativa entre la comunidad científica, también sostiene que la grasa saturada no causa enfermedades cardíacas y que los lácteos ricos en grasa, como la leche, el yogur y el queso, en realidad pueden proteger el corazón. Así, los investigadores advierten que los alimentos procesados etiquetados como 'bajo en grasa', 'light' o 'bajo en colesterol' deben ser evitados a toda costa, y que las personas con diabetes tipo 2 deben comer una dieta rica en grasa en lugar de una basada en hidratos de carbono. 

 El cardiólogo consultor y miembro de la Colaboración de Salud Pública, Dr. Aseem Malhotra, por su parte, ha afirmado que las directrices dietéticas que promueven los alimentos bajos en grasa "son quizás el mayor error en la historia médica moderna, lo que resulta en consecuencias devastadoras para la salud pública". "Coma grasa para adelgazar. No le tema a la grasa, la grasa es su amiga", concluye.

El Método Grez

El ingeniero Pedro Grez ha aparecido en diversos medios de comunicación hablando sobre la dieta que según él, fue la única que lo hizo bajar de peso.

El polémico método Grez, creado por él, tiene como sustento principal, el consumo de grasas para perder peso. A partir de toda su investigación, escribió un libro que tituló, "Los Mitos Me Tienen Gord@ y Enferm@", que viene a ser una recopilación de información nutricional desde 1863, sobre distintas dietas altas en grasa, como la mediterránea o la paleolítica entre otras.

"Evita los carbohidratos con almidón (pan, cereales, arroz, pasta, papas, etc), y las frutas, que suben el azúcar y la insulina en la sangre, la 1a media parte de día (Desayuno y almuerzo) y consúmelos en la tarde noche. Con esta recomendación ya podrás obtener resultados", asegura Grez en su fanpage. 

Según él, comer mantequilla, tocino, carne y otros alimentos altos en grasas saturadas, favorecería la pérdida de la misma. Sobre qué opinan los expertos, es donde radica el mayor problema, ya que el mismo Colegio de Nutricionistas de Chile se ha manifestado en contra de este método, haciendo un llamado a no seguirlo, por los riesgos que podría traer a la salud de una persona un régimen alto en grasa.

Fuentes
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Nueva mujer

sábado, 11 de marzo de 2017

Sabes qué son los Micronutrientes?

¿Qué son los micronutrientes? 
Vitaminas y minerales indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo humano 


Los micronutrientes son aquellas sustancias químicas que, ingeridas en pequeñas cantidades, permiten regular los procesos metabólicos y biquímicos de nuestro organismo: Son las vitaminas y los minerales, sustancias de carácter orgánico e inorgánico que cumplen una función esencial en nuestros procesos nutritivos, pese a que no aportan energía. 

 Los conocidos como micronutrientes son una serie de sustancias químicas de carácter orgánico e inorgánico que, pese a no aportar valor energético a nuestro organismo, son esenciales para su correcto funcionamiento. A diferencia de los macronutrientes, los necesitamos en cantidades muy pequeñas, del orden de miligramos e incluso microgramos. 

En función de su naturaleza podemos hablar de micronutrientes orgánicos (vitaminas) e inorgánicos (los minerales). La ingesta de estas sustancias es fundamental para que se produzcan los diferentes procesos metabólicos y bioquímicos del organismo, y en consecuencia para el buen funcionamiento del cuerpo humano. 

El déficit o carencia de alguno de estos micronutrientes puede acarrear deficiencias en el crecimiento, en el desarrollo de las funciones cognitivas y fisiológicas, además de provocar inmunodeficiencias y otro tipo de problemas. Pero es importante señalar que un exceso de los mismos también afectará de forma negativa a nuestra salud, algo que pone de relieve la enorme importancia de estas sustancias catalizadoras del metabolismo. 

 Los micronutrientes 

En ocasiones su demanda es tan pequeña que no necesitamos ingerirlos diariamente, como es el caso de la vitamina A, la vitamina D o la vitamina B12. Aunque variados (como veremos a continuación), destacan por su enorme importancia tres de estos micronutrientes: la citada vitamina A, el hierro y el yodo. Los dos primeros se obtienen normalmente a través de la ingesta de alimentos, el hierro puede estar presente en los alimentos en el orden de miligramos, mientras que la demanda de vitamina A es tan escasa como importante (está presente en los alimentos en un orden de microgramos). En el caso del yodo su presencia en los alimentos es también del orden de microgramos y, como señala Unicef, debido a una cada vez menor presencia de yodo en los suelos del planeta, debe ser adicionado a los alimentos de consumo básico, especialmente a través de la sal yodada. 

 Vitaminas 

 La mayoría de las vitaminas son nutrientes esenciales, es decir, no pueden ser sintetizadas por nuestro organismo, así que deben ser ingeridas de fuentes externas. En función de su solubilidad, se clasifican en dos grupos: hidrosolubles (que se disuelven en agua) y liposolubles (lo hacen en ácidos grasos). Se conocen trece vitaminas en los seres humanos, nueve de ellas del tipo hidrosolubles - ocho del complejo vitamínico B y la vitamina C - y otras cuatro liposolubles - las vitaminas A, D, E y K.  

Minerales 

 En cuanto a los minerales, todos ellos nutrientes esenciales, suelen clasificarse en tres grupos, en función de su demanda: 

 Macroelementos - sodio, potasio, calcio, fósforo, magnesio, cloro y azufre -, aquellos que nuestro cuerpo demanda en mayor cantidad (se miden en gramos). 
 Microelementos - hierro, flúor, yodo, manganeso, cobalto, cobre y zinc -, se necesitan en menor cantidad (se miden en miligramos). 
 Oligoelementos o elementos traza - silicio, níquel, cromo, litio, molibdeno y selenio -, aquellos que nuestro organismo requiere en cantidades pequeñísimas (del orden de microgramos). Estos minerales se encuentran en los alimentos de diversas formas, mezclados o combinados con los distintos macronutrientes.

Fuente: Nutrición y salud

jueves, 9 de marzo de 2017

Las Grasas no engordan, son los carbohidratos

Acusemos a los carbohidratos, no a la grasa 
Por Adolfo David Lozano 


Bajo en grasas, sin grasas, libre de grasas… Sólo hace falta recorrer los pasillos de cualquier supermercado para reconocer que vivimos en una sociedad grasofóbica. Fue en los años 70 cuando diversos científicos lograron imponer su teoría de que el gran enemigo a la hora de combatir tanto la enfermedad cardiovascular como la obesidad era la grasa, particularmente la de origen animal. Una teoría que, aunque siempre discutida, venía tomando fuerza al menos desde el final de la II Guerra Mundial. Rápidamente, los gobiernos e instituciones oficiales presentaron un consenso científico que jamás existió y recomendaron con gran bombo y platillo su definitiva solución: la dieta baja en grasas y alta en carbohidratos con su pirámide alimenticia basada en cereales y almidones. Pero no hace falta ser un científico de altos vuelos para ver que el experimento no ha funcionado. 

Ya en los años 90 el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos reconocía que, a la par que el consumo de grasas saturadas y totales había estado disminuyendo, se habían incrementado un 32% las tasas de obesidad en este país. Si decidiste no acudir a aquellas clases de bioquímica, ahora verás lo que te perdiste. Para entender el problema de la obesidad hay que entender el exceso de acumulación de grasa. 

En 1965, el manual de casi mil páginas Handbook of Physiology de la Sociedad Americana de Fisiología lo explicaba claramente. El tejido graso o adiposo está compuesto por triglicéridos (que significa tres ácidos grasos unidos por un enlace de glicerol). Las calorías acaban formando parte de este tejido graso cuando no podemos emplearlas para generar en ese momento energía. Aunque podemos almacenar algo de carbohidratos (como glucógeno), esta capacidad es muy limitada; sin embargo, siempre hay hueco para nuevos depósitos de tejido graso. 

Los hidratos de carbono juegan un papel central en la formación de grasa corporal. En primer lugar, los carbohidratos que no empleamos como energía protagonizan un proceso llamado de novo lipogenesis, expresión latina que significa ‘nueva creación de grasa’, donde directamente los carbohidratos pasan en el hígado a triglicéridos de grasa corporal. En la introducción del mencionado Handbook of Physiology podemos leer: “Esta lipogénesis está regulada por el estado nutricional, reduciéndose a un mínimo ante la deficiencia de carbohidratos y viéndose considerablemente acelerada durante la disponibilidad de carbohidratos”. 

 En segundo lugar, los triglicéridos que configuran toda la grasa corporal se forman, como he dicho, de ácidos grasos y glicerol. Para que los ácidos grasos sean ‘empaquetados’ como grasa corporal se necesita glicerol. ¿Y de qué depende que haya más o menos glicerol disponible? De los niveles de azúcar en sangre (echa un vistazo a ese arroz, pan o pasta en tu cocina). Además, el azúcar elevado genera mucha insulina. Y precisamente la insulina es lo que impide que los triglicéridos acumulados se liberen en ácidos grasos y glicerol, esto es, que la grasa corporal se reduzca. Por tanto, una dieta alta en carbohidratos activa tanto la formación de nueva grasa corporal como el bloqueo de su eliminación. Y por ello, el Dr. Volek sabiamente afirma que los carbohidratos son activos en este proceso, mientras la grasa dietética es pasiva, es decir, en esencia la grasa de la dieta acaba formando grasa corporal siempre que haya presencia elevada de carbohidratos. De ahí que una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos no sólo haga difícil el aumento de peso sino que puede adelgazar. En 2009, un importante estudio europeo confirmaba que la grasa de la dieta no es la causa principal del sobrepeso. 

Casi 90.000 europeos fueron seguidos varios años y se analizó la relación de su consumo de grasa con sus cambios de peso. Los investigadores no hallaron conexión alguna entre la grasa consumida ni la composición de estas grasas con los cambios de peso, exactamente afirmaron que “no hemos encontrado ninguna asociación significativa entre la cantidad o el tipo de grasa y los subsiguientes cambios de peso en este amplio estudio prospectivo. Estos hallazgos no apoyan el uso de dietas bajas en grasa para prevenir el aumento de peso”. Entonces, ¿por qué está tan extendida la idea de que la grasa, sobre todo la saturada, es la principal responsable de que engordemos? Primero, porque parece de sentido común. No en vano, en inglés para decir “grasa” y “engordar” se emplea el mismo término: fat y to fatten o to get fat. Y la grasa tiene más calorías por gramo que los carbohidratos. 

Pero por suerte o desgracia, tal como dice Mat Lalonde, nuestro cuerpo no es un calorímetro sino que se rige por hormonas. Como la hormona maestra insulina, disparada por el sobreconsumo de carbohidratos. Como vemos, el lenguaje es traicionero y la ciencia no es, necesariamente, de sentido común. Segundo, porque desde los años 50 Keys y sus acólitos quisieron convencer al universo entero de que la grasa saturada producía todos los males imaginables, incluyendo la obesidad. Y tercero, porque la conjura de la política con una poderosa industria fabricante de baratos y adictivos productos altos en carbohidratos y azúcares han hecho el resto. 

Lo raro sería que realmente creyésemos otra cosa. Esto es, la verdad. Y que sentáramos ante el banquillo mucho antes a los carbohidratos que a la grasa. A pesar de todo ello, tú tienes la responsabilidad última de cuestionar todas las supuestas verdades oficiales que te han contado, y de dejar de guiarte por los dictados de turno y a la moda de estos últimos 50 años. Pues al fin y al cabo, tú tienes la responsabilidad última de recuperar la salud y la de los tuyos.

Extraído de Naturarla

miércoles, 8 de marzo de 2017

Propiedades y Fuentes de Vitamina C


Propiedades

- Actúa como un potente antioxidante para mantener el estado reducido de los iones, hierro y cobre.  - - Tiene un papel importante en la síntesis de colágeno, en la cicatrización de las heridas, en la función inmune y en la síntesis de neurotransmisores.
- Potencia la absorción intestinal de hierro no ligado al grupo Hemo (hierro de los alimentos de origen vegetal).
- Interviene en la formación del tejido conjuntivo y en la regulación de la resistencia capilar y ósea.
- Protege las mucosas.
- Reduce la susceptibilidad a infecciones.
- Evita la aparición de la enfermedad del escorbuto (sus síntomas son: debilidad, dolor muscular y articular, y hemorragias espontáneas en las encías y en la piel que tardan en cicatrizar.

Fuentes de vitamina C alimentarias 

Frutas: fresas, grosellas, cítricos (naranja, limón, pomelo), kiwi.
Verduras y hortalizas: pimiento, col, nabo, rábano, brócoli, patatas, perejil crudo.
Hígado, riñón.

Ingestas recomendadas de vitamina C 

Niños 20-60 mg/día.
 Adultos 60 mg/día.

Contenido de vitamina C por 100 gramos de alimento

ALIMENTOS VITAMINA C (mg) 

Perejil 200 Pimiento 120 Col de Bruselas 100 Berro 87 Papaya 82 Kiwi 71 Fresas, lichi 60 Naranja, limón 50 Coliflor 50 Col 49 Caballa 47 Pomelo 40 Tomate 38 Mango 37 Espárragos 33 Mandarina 30 Espinacas 30 Cebolla, habas tiernas 28 Piña 27 Guisantes 25 Moras 24 Aguacate, chirimoya 20 Acelgas, puerros 20

 

La Vitamina C (ácido ascórbico) y los infartos

La vitamina C es conocida como necesaria para mantener la salud de los huesos y para sanar heridas. También se le atribuyen propiedades antigripales, aunque en realidad no se ha comprobado que funcione. Sin embargo, también es posible que juegue un papel fundamental en la salud del corazón y del sistema circulatorio. Los médicos Linus Pauling y Matthias Rath han propuesto que la vitamina C y la lisina son el mejor remedio para las arterias tapadas, en lugar de utilizar estatinas que bajan los niveles de colesterol. El colesterol es una grasa que sirve para producir hormonas, vitamina D y bilis, y también juega un papel importante en el buen funcionamiento de las fibras nerviosas. Según Pauling y Rath, la formación de placa en las arterias a través del colesterol, es en realidad un remedio del cuerpo ante la falta de vitamina C, pues ésta es la encargada de mantener en buen estado las paredes de los vasos sanguíneos. 

 Las arterias cerca del corazón son las que reciben mayor presión arterial. De ahí que son las que necesitan repararse más y la reparación se lleva a cabo a partir de colágeno, que es producido mediante la vitamina C. 

 El colágeno está presenten en muchos tejidos del cuerpo y se utiliza en la piel, huesos, dientes, encías, tendones, ligamentos y el plasma de la sangre. Es lo que da fuerza y elasticidad a las arterias. Las enfermedades cardiacas se han vuelto el problema número uno de salud mundial, y de la misma forma, se estima que sólo una de cada tres personas consume las cantidades recomendadas de vitamina C. 

 Un dato curioso es que el ser humano, junto con los conejillos de Indias, son los únicos animales que no pueden producir su propia vitamina C, sino que deben obtenerla de los alimentos. Una dieta con mínimo 5 porciones de verduras y frutas es la mejor manera de cuidar el corazón, según el American Journal of Medicine, según el cual, cantidades adecuadas de vitamina C reducen en 42 por ciento las posibilidades de sufrir un infarto. 

 Recomendaciones para el consumo 

 El aporte diario recomendado de vitamina C varía de acuerdo con la edad, sexo, grupo de riesgo y otros criterios aplicados en los diferentes países. Mientras que en varios países europeos se ha recomendado una ingesta de 100 mg de vitamina C al día, en EE. UU. se han definido como adecuados 90 mg/día para los hombres y 75 mg/día para las mujeres. Se recomiendan cantidades superiores de vitamina C para las mujeres embarazadas y lactantes. Situación de consumo Sondeos de nutrición en países europeos sugieren que sólo cerca de un 50% de la población alcanza la ingesta de vitamina C recomendada. 

 Deficiencia 

 Si bien es raro hallar deficiencias graves en países industrializados, algunas evidencias sugieren que mucha gente podría presentar una ligera deficiencia de vitamina C. Fumar cigarrillos reduce la cantidad de vitamina C en el cuerpo, por lo tanto, los fumadores corren un mayor riesgo de una deficiencia. Los signos de deficiencia de vitamina C incluyen cabello seco y quebradizo, inflamación de las encías, encías sangrantes, piel áspera, seca y escamosa, cicatrización lenta de heridas, facilidad para la formación de hematomas, hemorragias nasales y una menor capacidad de prevenir infecciones. Una forma grave de deficiencia de vitamina C es el escorbuto. 


 Fuentes de Vitamina C 

 La vitamina C está muy extendida entre las frutas y verduras: los cítricos, grosellas negras, pimientos, verduras verdes como el brócoli y las coles de bruselas, y fruta como las fresas, guava, mango y kiwi son fuentes especialmente ricas. Dependiendo de la estación, un vaso mediano de zumo de naranja recién exprimido (es decir, 100 g) contiene de 15 a 35 mg de vitamina C.


martes, 7 de marzo de 2017

Cubitos de caldo: pedazos de veneno

Los condimentos artificiales con el nombre de “caldo” utilizado en la cocina común de los consumidores son responsables de la creciente incidencia de la “enfermedad silenciosa”. Entérate sobre el Glutamato monosódico.


El poder del sazón ha estado en los oídos y la boca de muchas personas que no sabían el qué era, pastillas de caldo como por ejemplo los que se comercializan en marcas como: Caldo Knorr, Maggi, Distante, Ajinomoto, Kitano y otros “alimentos” que mejoran el sabor, contienen glutamato monosódico. El componente químico, que lejos de ser inofensivo para la salud, es responsable de causar las más diversas reacciones cuando se ingiere: náuseas, alergias en la piel, vómitos, taquicardia, dolor de cabeza, latidos cardíacos irregulares, mareos, e incluso depresión . Utilizar las especias industrializadas cada día puede causar daños graves a los que los consumen , ya que el glutamato puede provocar que el sistema endocrino para producir acetilcolina , una sustancia que, además de estimular la función muscular, reduce la absorción de la glucosa por las neuronas. El resultado puede ser de más peso e incluso la enfermedad de Alzheimer . 

Un caldo muy peligroso y al mismo tiempo bastante desagradable. 



 El famoso “sabor” de la comida demuestra claramente la fuerza de la química , que se utiliza en casi todos los platos de este tipo de cocina. Las pastillas de caldo de pollo, carne y verduras es una amenaza que incumbe a la salud de todos . Bloquea las funciones neurológicas del hipotálamo, lo que ayuda a controlar el apetito, el glutamato nos lleva a comer más de lo que necesitamos y que sólo aumenta la obesidad . 

 ¿Quieres una solución simple, barata y sabrosa? 


 Congelar hierbas y especias naturales sumergidos en aceite de oliva, aceite de coco o mantequilla en bandejas de cubitos de hielo. Se pueden utilizar con la misma funcionalidad que los cubos venenosas que la industria alimentaria química nos induce a comprar a través de anuncios elaborados y que, además de saludable pueden tener gustos completamente individuales y son aún más caros que los cubos llenos de productos químicos nocivos salud. 

 Fuente: Eco net

El Dióxido de Cloro: Un simple producto que sana sin mucha inversión


Un paso adelante en la medicina

El CDS o MMS es una solución mineral con una química muy simple. CDS o MMS es el término utilizado para describir a una mezcla de Clorito de Sodio (que es un mineral extraído del agua de mar) y un Ácido Activador y que en dicha reacción se crea y libera un gas llamado Dióxido de Cloro y debido a esta estructura del ion del Dióxido actúa como un fuerte oxidante eléctrico, arrancando todos los electrones a los patógenos que están por debajo de un pH de 7. Los patógenos malignos, que suelen ser anaeróbicos, tienen un pH inferior de 7, esto incluye virus, bacterias, hongos, parásitos, microbios, venenos, metales pesados, bio-película, células cancerígenas, y sabiendo que nuestras celulas sanas tienen un pH por encima de 7 es por lo que el CDS o MMS no daña sus membranas, por el contrario recarga con energía las mitocondrias de nuestras células y aumenta la conectividad entre las mismas. 

 El Dióxido de Cloro actúa como municiónes de alto calibre para el sistema inmunológico ayudándole a atacar patógenos que normalmente no podría vencer, esto lo consigue a través de la interrupción de la síntesis proteínica rompiendo la pared celular del patógeno como si fuera la explosión de una granada, el CDS o MMS también crea apoptósis o muerte celular en celulas cancerígenas, además de activar las mitocondrias en celulas sanas, todo un prodigio para la buena salud, por que todos tenemos el derecho a vivir y morir sanos. 

Entendiendo que es el MMS y CDS 

 La industria farmacéutica ha sido y es en la actualidad el negocio mas rentable a nivel de cifras económicas, mas incluso que el negocio de la venta de estupefacientes, a nivel de estadísticas se encuentra primero el negocio de las armas y en segundo lugar el de las farmacéuticas, constituyéndose en una especie de mafia que ha acosado a aquellas personas que dan a conocer métodos baratos y eficaces que podrían hacer desaparecer muchas de las enfermedades actuales, sencillas de tratar, donde podemos dar entre muchos ejemplos: -la persecución del doctor William Koch, con mas de 12 intentos de asesinato en la época del surgimiento de la quimioterapia, el ya curaba cáncer con clorito solo) -la detención en Ibiza de Andreas Kalcker, por ser el impulsor del conocimiento sobre usos medicinales del MMS (Dióxido de Cloro). Por que la industria de los fármacos no quiere que el MMS y CDS sea difundido. 

Obviamente, el lobby farmacéutico tiene pánico a que desaparezcan sus multimillonarios negocios basados en la enfermedad crónica y sus caros medicamentos que no curan, pero te consuelan mientras mueres lentamente. Hay intereses claros de la industria farmacéutica en producir solo medicamentos sintomáticos, ya que así el paciente (cliente) se vuelve dependiente y se ve en la obligación de volver a comprar.

Fuente: CDS.COM
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